LA MUERTE
Semejante a la sombra de Dios
circula entre nosotros imponderable y fecunda.
Es el sagrado elemento, el fluido del tránsito,
la inmensa fe muda.
Semejante a la sombra de Dios
que vigila la tierra y el fuego y el aire y el mar,
trae el orden que disminuye y aumenta,
la resta y la suma total.
Semejante a la sombra de Dios
es bella por indudable e invisible.
La fe de su esperanza embellece un instante
el juramento del amor.
Semejante a la sombra de Dios
se esparce en el pensamiento
y nos domina sin nombrarla nunca,
y seca las llagas, y en el sueño
amontona la nada, cosa aérea y ruda.
Semejante a la sombra de Dios
hiere a la guerra con la paz sañuda
de las altas venganzas.
Salúdala, cazador de los trópicos,
y tú, capitán del submarino,
y tú, que no buscas lo que alcanzas,
hombre divino.
Salúdala, pueblo de súplicas
que te despierta el sol y te salpica el mar.
(Sacude un vasto aliento el corazón del aire
que funde estrellas, fecunda voces y va en un largo dar. )
(Carlos Pellicer, 1926)
Imagen 1: "El Cuerpo Oculto" mixto sobre lino (Laura Anderson)
Imagen 2: El autor de la foto es Christer Strömholm
No comments:
Post a Comment